Una de cada tres carreras será en inglés o bilingüe

Uno de cada tres grados y uno de cada dos másters serán bilingües o completamente en inglés. Es el objetivo que les ha fijado el Gobierno a los rectores en su Estrategia para la Internacionalización de las Universidades Españolas 2015-2020.

El pasado miércoles, el ministro de Educación, José Ignacio Wert, anunció en el Congreso que estaba preparando una estrategia de internacionalización de las universidades. Recalcó que la internacionalización de los campus es «un fin en sí mismo» porque no hay ningún centro universitario español que no disponga en estos momentos «de un alto grado de internacionalización».

EL MUNDO ha tenido acceso al borrador de 56 páginas en el que se recoge un plan con 31 medidas orientadas a conseguir que nuestros centros empiecen a dar la batalla en el mercado mundial de la educación superior y que se asomen a los primeros puestos de los rankings de referencia internacional.

Aunque lleva en su primera página el membrete del Ministerio de Educación, la Estrategia es una alianza en la que suman también esfuerzos e ideas otros cuatro ministerios (Industria, Empleo, Economía y Asuntos Exteriores), las comunidades, los rectores y la empresa, entre otros agentes.

En su página 42 se plantea la necesidad de «incrementar el número de programas de grado y máster bilingües, impartidos en español e inglés o en otras lenguas extranjeras» hasta alcanzar el 30% en grado y el 50% en máster. Un objetivo más que ambicioso para un país que, tradicionalmente, ha tenido problemas con los idiomas.

Por ello, el documento también insta a «promover el aprendizaje de un nivel suficiente de inglés por todo el personal docente e investigador (PDI), personal de administración y servicios (PAS) y cargos académicos», además de «establecer incentivos» para su perfeccionamiento.

‘No será difícil’

Pero, ¿podría España impartir uno de cada tres grados y uno de cada dos másters en inglés o al menos de forma bilingüe? Los expertos consultados coinciden en que es prematuro dar el pistoletazo de salida para esa carrera en «el primer semestre de 2015», tal y como pretende la Estrategia, pero discrepan sobre el grado de dificultad que tendría llegar a la meta.

«No creo que sea muy difícil, porque hay materias como la economía, las ingenierías y las ciencias cuyos profesores se han formado, trabajan y publican habitualmente en inglés», apunta Fernando Galván, rector de la Universidad de Alcalá de Henares (Madrid) y catedrático de Filología Inglesa. «Y el nivel de los estudiantes también está mejorando mucho tras 10 años de implantación de sistemas de educación bilingüe en primaria», añade.

Discrepa, en cambio, Amaya Mendikoetxea, vicerrectora de Relaciones Internacionales de la Universidad Autónoma de Madrid y profesora de Filología Inglesa: «Habrá que ir con un poco más de calma, porque, si no, se hará de forma chapucera», afirma. «Sabemos de profesores que llevan años impartiendo docencia en inglés y no están capacitados para ello», denuncia.

Tanto para esta medida como para el resto de la Estrategia, uno de los temas que más preocupan a los expertos tiene que ver con los recursos con los que va a contar la iniciativa. Prácticamente, la única mención que recoge el documento al respecto se incluye en la página cuatro.

En concreto, se afirma: «La Estrategia se aprueba en un periodo de austeridad presupuestaria que, sin embargo, no se espera que continúe durante todo el periodo de su implantación». Y, a continuación, se precisa que «la financiación de las acciones propuestas se realizará a través de los programas regionales, nacionales y comunitarios con objetivos similares a los de la estrategia». Una declaración de intenciones que la Universidad traduce como «reforma a coste cero».

‘Priorizar las medidas’

«Es muy importante priorizar las medidas y destinar los recursos a aquellas que son más urgentes», aconseja Anabel Carrillo, miembro de la ejecutiva de la Conferencia de Consejos Sociales de las universidades españolas.

«Es cierto que algunas de las acciones son meros cambios normativos que se pueden hacer sin inversión extra, pero otras no, y mucho menos tras haber visto reducidos los presupuestos universitarios entre un 15% y un 20% en los últimos años», abunda el rector Galván. Su Universidad ha hecho palanca sobre el español para alcanzar cerca de 6.000 alumnos extranjeros al año (20% del total, frente al 4,2% de media nacional). De ellos, unos 2.200 son latinos, 1.300 europeos, 700 chinos y 900 de EEUU.

Este ejemplo ilustra el enorme potencial internacional de nuestra educación superior. Especialmente en torno al español, un idioma que hablan ya 400 millones de personas como lengua materna en el mundo (40 de ellos en EEUU) y que podría convertir a nuestros campus en la puerta de entrada académica en Iberoamérica. De ahí que la apuesta por la formación en inglés deba hacerse sin menoscabar las oportunidades que ofrece nuestra lengua.

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