El hindi es el idioma más difícil de traducir según los profesionales consultados. Esta lengua de la familia indoeuropea derivada del latín es el idioma co-oficial de la India junto con el inglés. El hindi, hablado a diario por alrededor de 460 millones de personas, tiene gran cantidad de dialectos entre los que destaca el Sarhindi por ser el más común y el que se enseña en las escuelas de la India.
El idioma chino mandarín, el más hablado en el mundo por número de habitantes del país, implica gran dificultad a la hora de traducirlo porque tiene un sistema fonológico muy distinto al nuestro, en el que se usan diferentes tonalidades para distinguir fonemas y existen gran cantidad de homófonos. Además, su complicación también radica en la escritura de sus caracteres, los cuales hay que aprender uno a uno.
El islandés es también considerado difícil de traducir por su gramática flexiva, similar al latín o el griego clásico. Este idioma es hablado por alrededor de 300.000 personas en el mundo que se concentran, sobre todo, en Islandia, al ser su lengua oficial, pero también, en menor medida, en Dinamarca y Noruega. A lo largo del tiempo, esta lengua no ha evolucionado como lo han hecho otras lenguas continentales debido al aislamiento de sus hablantes. Su alfabeto de origen germano, compuesto por 32 letras, se caracteriza por la duración de sus vocales, diptongos y sílabas.
En el cuarto y quinto lugar de esta lista se encuentran el coreano y el japonés, idiomas que implican mucho esfuerzo y tiempo, incluso años, para dominarlos a la perfección, como ocurre con el chino mandarín.
El coreano, el idioma oficial de la península de Corea, tiene alrededor de 80 millones de hablantes en todo el mundo. Su gran cantidad de símbolos y caracteres, junto con sus numerosas y distintas estructuras sintácticas, que sitúan el verbo al final, y sus conjugaciones verbales complejas lo convierten en uno de los idiomas más difíciles de traducir.
Traducir japonés es complicado porque este idioma tiene tres sistemas de escritura diferentes y dos sistemas de sílabas, lo que implica que es necesario memorizar miles de caracteres para dominar esta lengua hablada por más de 130 millones de personas en todo el mundo.
Además, hay que tener en cuenta que a la hora de traducir no solo tenemos el idioma oficial y su gramática sino también las variantes locales de cada uno.